sábado, 8 de junio de 2013

La diferencia entre oír, escuchar y sentir…

La diferencia entre oír y escuchar cuando uno la dice es muy sencilla… el que oye, no necesariamente está prestando atención. Sin embargo el que es verdadero melómano va más allá de escuchar con atención, llega  al punto de querer visualizar a los músicos que están deleitándonos. Noten que dije visualizar que es el equivalente a ver con la mente, que no es lo mismo que imaginar, ya que imaginar indica que no tenemos una guía para hacer dicha visualización y cuando visualizamos sentimos cada nota y la plasmamos en una imagen, ficticia o equivocada en algunos casos, de nuestros músicos favoritos interpretando los sonidos que entran al cerebro.


Es ahí donde se va mas allá de escuchar con atención a sentir la música, es ahí donde nos fundimos en pensamiento con las notas y sonidos, es ahí donde se vive el verdadero éxtasis musical en el que uno se convence de que Dios existe por el simple hecho de darnos las herramientas para crear la estética auditiva.
Vivir la música es tener ya una idea sobre producción, ingeniería de sonido, música como materia, historia del arte (o por lo menos del género que nos apasiona) y combinar todos esos conocimientos para cimentar la visualización que me genera tanto éxtasis cuando logro tener la tranquilidad, el tiempo y sobretodo la oportunidad de vivir mi música.


Con esto no quiero decir: “pónganse a estudiar!”; Muy por el contrario, la vivencia de la música a través de los sentidos puede ser aún mas fructífera y satisfactoria si no se toman los conocimientos en cuenta y se disfruta. Solamente eso, se disfruta la música y es ahí cuando uno como melómano pierde la exigencia, que se libera de todo tecnicismo, de todo conocimiento y en ocasiones de toda experiencia previa para, como virgen en carnaval, disfrutar con todos los sentidos algo nuevo, algo absolutamente trascendente que te motiva a conocer mas y nuevamente a generar mas conocimiento y mas cultura.
Los invito a que la próxima vez que se pongan unos audífonos localicen en su cerebro cada instrumento y ya de ahí partan en el fabuloso viaje que los llevará a redescubrir sus gustos musicales.


Eclectic Animal